He comentado en alguna ocasión que el profesor de Derecho del que guardo mayor admiración y recuerdo es Don Ángel Garrorena Morales, catedrático de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de Murcia. Hace unos años fue propuesto para Magistrado del Tribunal Constitucional pero lo rechazó.
Hoy asistimos al mayor esperpento, que no el único, de la historia de nuestra joven democracia. Este no es otro que el hecho de que 3 años después de presentado el recurso de inconstitucionalidad contra el Estatuto de Autonomía de Cataluña no hayamos conocido una resolución del mismo. Y lo mas grave no es el tiempo trascurrido, que dada la velocidad de nuestra justicia es por desgracia lo habitual sino el daño que se le está haciendo al Estado de Derecho y la imagen patética de un país que es incapaz de resolver de forma eficaz los desafíos que le plantean minorías que solo se mueven por intereses nacionalistas.
Uno de los requisitos para formar parte del Tribunal Constitucional es ser jurista de reconocido prestigio. Ahora entiendo porqué el señor Garrorena no aceptó ser miembro de este circo.
viernes, 13 de noviembre de 2009
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